Estamos instalados en el piso nuevo, conviviendo con las cajas y entrenando poderes telepáticos para poder montar los muebles y ordenarlo todo sin movernos del sofá (cuando lo consigamos, os lo comunico).
Mientras la mudanza vivía, había que alimentarla. Y era más que exigente, aunque no nos podemos quejar mucho porque es lo que tienen las mudanzas a ratitos, que les dedicas tiempo y más tiempo.
Acción, reacción: mi asistencia a las clases de patchwork fue nula durante todo el mes de diciembre.
Resultado: mis compañeras van 4 cuadros más avanzadas que yo.
Consecuencia: ahora mismo vivo en el piso nuevo dentro de una realidad llamada "patch-infierno", prácticamente bautizada por la profe cuando regresé la semana pasada a clase y me dijo:
Esa clase, mientras las compañeras montaban y cosían el primer cuadradito de mi adorado log cabin, yo repasaba con la profe todos los cuadros que debía hacer, apuntaba las instrucciones y mentalmente me organizaba un calendario para llevar a cabo un gran reto:
¿Lo conseguiré o moriré en el patch-intento?
Por si alguien quiere hacer apuestas: estoy muy motivada, con lo que me costó decidir apuntarme al curso, convencerme que era capaz de acabar la colcha y aprobar aunque fuera con un cinco pelado, ¡no me iba a rendir ahora!
Ilustro esta entrada con una imagen de la adaptación más surrealista que haya visto del clásico de la literatura infantil y juvenil El mago de Oz, a ver si parte de los poderes telepáticos consigo entrenarlos para acabar los cuadros rápido y bien.
[Por si queréis saber más sobre The Patchwork Girl of Oz...]
Mientras la mudanza vivía, había que alimentarla. Y era más que exigente, aunque no nos podemos quejar mucho porque es lo que tienen las mudanzas a ratitos, que les dedicas tiempo y más tiempo.
Acción, reacción: mi asistencia a las clases de patchwork fue nula durante todo el mes de diciembre.
Resultado: mis compañeras van 4 cuadros más avanzadas que yo.
Consecuencia: ahora mismo vivo en el piso nuevo dentro de una realidad llamada "patch-infierno", prácticamente bautizada por la profe cuando regresé la semana pasada a clase y me dijo:
- "¿Qué tal ha ido la mudanza, todo bien?
- "Sí, ha sido cansada, pero todo bien.
- "Mejor, porque las próximas semanas se van a parecer mucho al infierno"
- "O_O"
- "Sí, ha sido cansada, pero todo bien.
- "Mejor, porque las próximas semanas se van a parecer mucho al infierno"
- "O_O"
Esa clase, mientras las compañeras montaban y cosían el primer cuadradito de mi adorado log cabin, yo repasaba con la profe todos los cuadros que debía hacer, apuntaba las instrucciones y mentalmente me organizaba un calendario para llevar a cabo un gran reto:
SALIR DEL PATCH-INFIERNO EN 1 MES
¿Lo conseguiré o moriré en el patch-intento?
Por si alguien quiere hacer apuestas: estoy muy motivada, con lo que me costó decidir apuntarme al curso, convencerme que era capaz de acabar la colcha y aprobar aunque fuera con un cinco pelado, ¡no me iba a rendir ahora!
Ilustro esta entrada con una imagen de la adaptación más surrealista que haya visto del clásico de la literatura infantil y juvenil El mago de Oz, a ver si parte de los poderes telepáticos consigo entrenarlos para acabar los cuadros rápido y bien.[Por si queréis saber más sobre The Patchwork Girl of Oz...]
4 comentarios:
Debe de ser el infierno de nivel principiante, porque si no cuando lleguéis a mayo no sé qué apelativo se va a inventar... ¡¡Ánimo valiente!! Menos mal que no te atreves con el sillón, que si no... :P
Ánimo! Y sobre todo, no mires atrás. No conviene al salir de los infiernos.
Ánimo Iris!
Yo me he propuesto apuntarme a algun curso de patchwork en uno de los centros cívicos de Vilanovaa partir de primavera (aún estaré de permiso y tendré más libertad de horarios)que Nora será más mayor y ya no dependerá tanto de mi teta:-)!
Seguro que lo consigues, piensa en lo bonita que te va a quedar la colcha al final!!!
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