en Budapest

Quizá sea un poco tarde para explicaros mis vacaciones, ya que casi ha pasado un mes desde que volví, pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, ¿no? Pues al tema.

El mes de agosto me cundió bastante: me fui cinco días a Berlín y luego me di una vuelta por la zona del antiguo Imperio Austro-Húngaro visitando Budapest, Bratislava y Viena.

En Berlín no pude visitar ninguna tienda del tema que en este blog nos atañe (era un viaje familiar con mucha gente para estar reclamando tales visitas y más cuando yo era la única interesada), además el resto de tejedoras del Mola Coser ya han dado buena cuenta del ambiente tejero-costuril de la capital alemana…

Durante el viaje austro-húngaro tampoco tuve muchas oportunidades (además, como no lo organicé yo, no tuve tiempo de buscar tiendas, mercados y demás…), pero los paseos por Budapest me facilitaron poder contemplar los escaparates de muchas de nuestras tiendas favoritas.

Cerca del hotel, en pleno barrio judío, paseo a paseo fui encontrado diversas tiendas: las de arreglos de toda la vida que regentaban abuelitas (menos una en la que atendía un chico la mar de espléndido), otras en las que vendían máquinas de coser (vi muchísimas muchísimas), las que vendían telas (pero más para confeccionar proyectos domésticos útiles que de ropa o costura lúdica como hacemos nosotras) y en las que vendían lanas, hilos y telas así como material para confeccionar manualidades.

Las tiendas que vendían telas para confeccionar ropa del hogar eran muchas y las había por todas partes. Se notaba que aún tienen tradición por coserse sus propias cortinas, crear sus plaids e incluso hacerse sus vestidos. Los tejidos eran más bien feos y pobres (aunque excepciones también había), pero es que el ambiente comunista por toda la ciudad aún era bastante palpable.

Os dejo unas cuantas fotos…